En un momento
dado Donghae perdió el conocimiento. Al despertar ya no estaba oscureciendo, no
estaba en la calle; se encontraba en un típica habitación de recuperación, en
un hospital. Una enfermera había entrado cuando él abrió los ojos.
—Lee Hyukjae —fue
lo primero que dijo—, dígame cómo se encuentra él. Por favor —habló con toda la
calma posible.
—El doctor que
los recibió y atendió sabe de su estado, lo llamaré en un instante —respondió
con amabilidad la enfermera, antes de salir de la habitación.
Donghae miró
hacia la ventana y vio que estaba amaneciendo. Supuso que al llegar al hospital
le habían inyectado algún sedante, por eso durmió tanto. Un hombre algo viejo,
de bata blanca y anteojos, ingresó a la habitación, Donghae se sentó en la
camilla y lo miró atentamente.
—Doctor…
—¿Lee Donghae? —Inquirió
el médico.
—Sí —confirmó él
apenas en un hilo de voz.
—Tu amigo no se
encuentra bien —soltó el doctor.
—No va morir,
¿verdad? —Preguntó con desesperación en los ojos.
—No lo sabemos.
—¿Cómo que no lo
sabe?
—Lee Hyukjae está
en coma —dijo el doctor, soltando un largo suspiro—. ¿Es tu hermano?
—Usted está
bromeando. ¡Hyuk no puede estar en coma! —gritó con desesperación.
—¡Enfermera! ¡Enfermera! —Llamó el doctor.
Donghae se deshizo de todos los
cables a los que estaba conectado, pero antes de siquiera poner un pie en el
suelo, una aguja fue clavada en alguna parte de su cuerpo y poco a poco fue
perdiendo el conocimiento.
Después de dos años Donghae
seguía yendo al hospital todos los días, pasó todas las festividades alado de
Hyuk por más de que él no esté consiente.
Conocía a la
mayoría de los doctores, enfermeras y a muchos pacientes que estuvieron y
siguen estando en el hospital. No perdía las esperanzas de que Hyuk despertara,
pero se acostumbró a verlo así, dormido en una cama, hasta que un día recibió
una llamada diciendo que era urgente que fuera. Al llegar todo lo que le
dijeron fue:
—Ve a la
habitación de Hyukjae.
Corrió por los pasillos
y subió por las escaleras en los nervios. No había tiempo de esperar el ascensor
para subir a la habitación 404. Al llegar a la puerta se detuvo por unos
segundos, respiró profundamente y abrió la puerta. Al hacer esto se encontró
con varios médicos alrededor de Hyuk, dio varios pasos dentro de la habitación
para tener una mejor visión de su amigo, el cual había despertado por fin.
—Hyuk,
despertaste… —dijo Donghae despacio, mirándolo.
—¿Quién eres? —le
preguntó Hyuk, a lo que Donghae simplemente no respondió.
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